martes, 26 de julio de 2011

Así Somos los Cabrera Ricci

Somos una familia distinta, media al lote diría un cuico, media folclórica diría el "Temucano", media porfiada diría el apostolado, media entera diría mi abuelita Marta, así es….quizás somos medios en muchas cosas, pero muy grandes en otras, como el espíritu guerrero de nuestros semblantes, y ese inmenso y sincero corazón que lucha en medio del caos y el dolor. Solemos hacer frente, ese que espera el amanecer de un día mejor, y que busca la poesía melancólicamente mientras se busca una servilleta en medio de un bar. Y por la mañana humea el café dibujando un nuevo dia lleno de esperanzas. Muchas de ellas simplemente son letras que se escriben en sigilo y se esconden por alguna parte, desaparecidas en el anonimato, sin encontrarlas jamás, como aporte para alguna generación venidera que las encuentre  empolvadas por el paso de los años y las vuelva letras vivas en otro tiempo y atardecer. Así somos los Cabrera, qué orgulloso ser parte de ellos, y porqué no? Si nuestros ancestros llevaron en alto la bandera nacional, mentes locas y soñadoras, mentes dispuestas a la nueva creación por un mundo mejor y a la revolución antibalmacedistas, que cobró la vida de dos tíos bisabuelos que cayeron acribilladas en el campo de batalla, convencidos de que su honra y patriotismo liberarían al país de la injusticia y la miseria. Así somos los Ricci, esforzados, heráldicos, románticos y aventureros, sin dejar a ninguno de lado. Todos ellos, en busca del amor. Bien lo saben nuestros ancestros de gran posición, mercaderes de libros desde Lombardía, Italia hasta el puerto de Montevideo. Allí se enamoraron en tierras lejanas, los 8 hermanos italianos a Latinoamérica decidieron partir, abandonando la cuidad del Lago di Como, su historia, sus campos, sólo al encuentro del amor. La bella Italia quedó atrás, y Bartolomé el hermano número 6, decidió explorar más allá. Hasta en el puerto de Valparaíso su semblanza posó, con maletas de cuero en un barco de vapor llegó, dejó a sus hermanos, familia y todo, hasta que vio el sol. Se encandiló con una italiana bella de ojos claros y cabello risado colorina, Maria Ferrari Bianchi, unidos en matrimonio nació un hijo llamado Angel Ricci Ferrari, y de esa rama es nuestra generación, llena de vigor y por sobre todo llena de amor.

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