viernes, 11 de diciembre de 2009

Un ángel hoy me cobijó

Cómo decirte amore mio que un ángel hoy me cobijó, abrió sus alas y con solo un gesto abrazó mi alma llena de dolor… eran suaves como el viento y tu recuerdo de nuevo volvió, y mi corazón indómito parecía desprenderse de mi pecho sin razón…Quise morir, sí creo que caí…en silencio te nombré mil veces, buscando cuidar tus sueños, y así desperté. Más, ni hadas, ni duendes salieron a mi encuentro, y la puerta de nuevo se cerró …ya lo sentí.

Entonces de pronto, mi mano ví, y mi pecho con fuerza la recibió, de pronto una idea me alcanzó, y me dije quiero arrancar mi corazón, y así no podré sentir. Cuantas veces no lo escuché, cuantas veces lo ignoré…entonces empujé mi mano con fuerza y mis dedos tocaron fondo. Un abrazo bastó para encontrarlo, como quien abraza un pardal recién parido, tan frágil que lo sientes agitarse, latía ligero, salpicando vida y dolor. ¿Qué sangre es esa que fluye de prisa llena de color?..y luego lo ví, estaba allí, desnudo ante mí, era rubí su brillar, transparente su pulsar, y logré apretar mis dientes con fuerza para no llorar.

Y luego te confesé, mi pecho parecía explotar y mis ojos se inundaban de mar, la brisa parecía volver y el mareo por ti se veía venir. Así mi corazón dejó de latir, lo guardaré en el congelador pensé, y mi mano lo envolvió…es mejor así y luego me convertí, en esa mujer que hoy no tiene corazón…se fué con él y quizás jamás volverá.. no siento nada hoy, vacía estoy. Y luego, el ángel me cobijó, con alegría volvió, el abandono no sentí y su compañía disfruto así. No me dejes angel mío…no me dejes…amore mio.

Diciembre de 2008

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